MAYO: Es hora de replantearse los gastos: ¿Me lo puedo permitir?

La pandemia que nos sobrevino de manera inesperada en marzo nos ha obligado a todos a replantearnos la vida … desde todos los puntos y ángulos. Nuestra vida laboral ha cambiado totalmente con el trabajo remoto para aquellos con suerte de mantener el puesto de trabajo. El encierro también ha afectado nuestras relaciones sociales y familiares con consecuencias que están aun por verse. Y como no, hemos tenido que adaptar el gasto por dos razones fundamentales. Por un lado, la inseguridad laboral ha hecho que la gran mayoría nos apretemos el cinturón a la hora de gastar por la inseguridad laboral que nos acontece. Pero, por otro lado, es que en este encierro…. ¿Quién va a consumir? Y… para qué?

Es importante entender que nuestro gasto personal se divide en dos. Por un lado, están los gastos necesarios que también los llamamos gastos fijos porque son gastos obligatorios que debemos realizar cada mes y que (generalmente) se mantienen estables meses a mes. Por otro lado, están los gastos discrecionales o también conocidos como gastos superfluos porque son los costes de los que una familia suele prescindir en un momento determinado de dificultad económica y de falta de flujo de efectivo. Son gastos que determinan un cierto poder adquisitivo, nivel de vida y estatus social. En estos momentos de pandemia las familias han reducido los gastos superfluos debido a la incertidumbre laboral y también a que la situación de encierro no incita al consumo.

Reducir los gastos superfluos son un buen ejercicio de catarsis personal y de reorientación de la prioridades de consumo y por tanto de gasto. ¿En esta situación de COVID-19… cuales son los gastos superfluos que se han eliminado en su núcleo familiar?