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junio 18, 2020

MAYO

MAYO: Es hora de replantearse los gastos: ¿Me lo puedo permitir?

La pandemia que nos sobrevino de manera inesperada en marzo nos ha obligado a todos a replantearnos la vida … desde todos los puntos y ángulos. Nuestra vida laboral ha cambiado totalmente con el trabajo remoto para aquellos con suerte de mantener el puesto de trabajo. El encierro también ha afectado nuestras relaciones sociales y familiares con consecuencias que están aun por verse. Y como no, hemos tenido que adaptar el gasto por dos razones fundamentales. Por un lado, la inseguridad laboral ha hecho que la gran mayoría nos apretemos el cinturón a la hora de gastar por la inseguridad laboral que nos acontece. Pero, por otro lado, es que en este encierro…. ¿Quién va a consumir? Y… para qué?

Es importante entender que nuestro gasto personal se divide en dos. Por un lado, están los gastos necesarios que también los llamamos gastos fijos porque son gastos obligatorios que debemos realizar cada mes y que (generalmente) se mantienen estables meses a mes. Por otro lado, están los gastos discrecionales o también conocidos como gastos superfluos porque son los costes de los que una familia suele prescindir en un momento determinado de dificultad económica y de falta de flujo de efectivo. Son gastos que determinan un cierto poder adquisitivo, nivel de vida y estatus social. En estos momentos de pandemia las familias han reducido los gastos superfluos debido a la incertidumbre laboral y también a que la situación de encierro no incita al consumo.

Reducir los gastos superfluos son un buen ejercicio de catarsis personal y de reorientación de la prioridades de consumo y por tanto de gasto. ¿En esta situación de COVID-19… cuales son los gastos superfluos que se han eliminado en su núcleo familiar?

El COLAPSO DE LA ECONOMÍA PERSONAL, NACIONAL, INTERNACIONAL Y GLOBAL

En el mes de abril se ha confirmado el aumento del desempleo a nivel mundial que está trayendo graves consecuencias negativas para las familias. Según el reporte de la Organización Mundial del Trabajo publicada el 21 de enero del 2020 justo antes de la pandemia, el número de desempleados a nivel mundial era de 188 millones. Sin embargo, este número va a aumentar a nivel mundial de una manera muy significativa con un grave impacto negativo en las personas y familias y lo que se ha sentido como un colapso de la economía personal, nacional, internacional y global.

Las teorías de Smith y Ricardo han sido el motor para el desarrollo económico y la mejora del nivel de vida mundial. Pero la actual pandemia nos está obligando a recordar que la mente prodigiosa de Nash nos planteó una forma diferente de actuar.

Los países desarrollados debieran repensar su opción de des-invertir en países “periféricos” y re-capitalizar los propios. La re-inversión en el trabajo nacional, entendiendo que la hiper-producción desbocada en base a una economía basada en la explotación intensiva de la energía del carbón no es saludable para el planeta.

En el siglo XXI hay que optar por un cambio de mentalidad hacia un capitalismo colaborativo (Clark, Emerson, Thornley, 2014) en el que el impacto social y medioambiental se mida con la misma preferencia que los resultados financieros.

Si quieres saber mas sobre mi trabajo, por favor visita mi pagina web

junio 18, 2020

MARZO

MARZO: Quien iba a decir …

Solo hace unos meses le dábamos la bienvenida a un nuevo año y se cerraba el 2019 con otro año récord en ventas de champan que es la bebida preferida en las celebraciones superando por primera vez en la historia los 5 billones de euros en ventas según el reporte de “Champagne shipments 2019” (https://www.champagne.fr/en/champagne-economy/champagne-wine-shipments)

Sin embargo, quien nos iba a decir que solo unos meses más tarde las autoridades iban a decretar un encierro para poder resolver un problema de salud pública con efectos devastadores en las económicas mundiales y sobre todo familiares.

El COVID-19 es un punto crítico que está afectando no solo las cadenas de producción y suministro de bienes esenciales, sino también el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas con un negativo impacto social y laboral.

Esta interrupción de la cadena de producción era impensable en el mundo desarrollado hace unos meses pero que está ocurriendo y que nos abre un panorama incierto para cuantificar las pérdidas económicas. Así, este enemigo invisible ha acabado en solo unos días con todo el paradigma de producción y el sistema económico del siglo XXI basado en una búsqueda de beneficios empresariales que traslado la industria de las manufacturas de los países desarrollados, con altos costes y estándares laborales, a países ‘periféricos’ para suplir al mundo de productos manufacturados aprovechando sus ventajas competitivas, basadas en la precariedad laboral y legal.

El COVID-19 nos está obligando a adoptar nuevas formas de relaciones sociales a la distancia en done la organización laboral, con el teletrabajo allí donde la tecnología lo permite, viene a aliviar el enclaustramiento forzoso en forma de cuarentena cuyo fin no se vislumbra.

Sera que tenemos que pensar en esta transformación en términos del gran Albert Einstein recordando cuando dijo que una crisis es una bendición porque trae progreso, porque la creatividad que ayuda a la productividad y al desarrollo económico nace de la angustia que produce una crisis. Vamos a ver que opinamos con la perspectiva que nos darán los meses.