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El siglo 21 necesita otro sistema económico para casos de emergencia. Adam Smith defendía que la división del trabajo, la especialización laboral y la oferta de nuevos productos de consumo se impuso por la necesidad innata del hombre al comercio. David Ricardo (1827) aderezo esta idea con los conceptos de plusvalía y ventajas competitivas que han regido el comercio capitalista internacional.
Con la covid-19 las estructuras económicas, políticas y sociales están siendo objeto de revisión. El fuerte impacto en el consumo, la extrema volatilidad en el mercado de valores, y el desplome de la capitalización de las empresas cotizadas presentan un panorama de gran inquietud.
¿Como ha afectado la pandemia el sistema económico?
El coronavirus nos ha cambiado la vida y el paradigma en que nos movíamos hace solo unos meses. La covid nos ha obligado a reorganizar las relaciones laborales a la distancia gracias al teletrabajo, allí donde la tecnología lo permite.
Además, se ha producido una interrupción de la cadena de producción, impensable en el mundo desarrollado y ha abierto un panorama incierto con grandes pérdidas económicas. Por esto el siglo 21 necesita otro sistema económico para casos de emergencia.
Esta dramática situación nos esta hacienda reconsiderar los postulados de la economía tradicional.
Adam Smith afirmaba que las economías respondían a un cierto orden natural, donde los diferentes agentes económicos actuaban siguiendo su propio interés. Esto crea un sistema conflictual de intereses económicos contrapuestos pero que “la mano invisible” autoajustaría espontáneamente.
Hasta la irrupción en el mundo de la covid nadie se había puesto seriamente a pensar que la actuación de los gobiernos y empresas habían convertido a China en la fábrica del mundo sin preguntarse los riesgos de tan alta dependencia.
¿Y ahora, cual es la salida ante esta situación de colaboración que en caso de emergencia pone en peligro todos los canales de distribución?
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enero 31, 2021
Es hora de reinventar las empresas del siglo XXI
El comienzo del siglo XXI ha sido cuanto menos convulso. Se inauguró con los atentados del 11 de septiembre del 2001, continuó con la Gran Recesión de septiembre del 2009, y ahora nos enfrentamos al desafío del Coronavirus (COVID-19). Por lo tanto es hora de reinventar las empresas del siglo XXI.
Ante estos continuos desafíos geopolíticos y geoeconómicos, la pregunta de que se hacen los gerentes empresariales es: ¿Cómo prosperar en un mundo en continuo cambio?
Las compañías del siglo XXI se enfrentan a un entorno empresarial cambiante liderado por adelantos tecnológicos que están abriendo una nueva ¨era¨ de oportunidades. El internet ha cambiado la manera de hacer negocios conectando a casi todos y casi todo. Ha ayudado a pequeños emprendedores, en todas partes del mundo, a llegar a un mercado global y a transformar sus negocios en micro-multinacionales.
Esta ola tecnológica ha impulsado la prosperidad mundial, sacando a más de mil millones de personas de la pobreza extrema en los últimos 30 años y para 2025 se espera que más de la mitad de la población mundial pertenezca a la clase consumidora, caracterizada por personas a las que les sobra algún ingreso discrecional después satisfacer impuestos y necesidades básicas.
Además, las tecnologías han hecho que el empleo y el crecimiento de los ingresos estén cada vez mas concentrados en áreas geográficas concretas, por lo que las empresas se enfrentan a preguntas cada día mas directas sobre su responsabilidad en el bienestar social a escala local y global.Ante esta realidad, hay muchas respuestas a la pregunta de cómo pueden las empresas prosperar en un mundo en continuo cambio. Es hora de reinventar las empresas del siglo XXI y empezar por adaptar el propósito empresarial a las nuevas expectativas de responsabilidad social que se esperan de las empresas para obtener la Licencia Social en el nuevo mercado del siglo XXI.
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enero 7, 2021
El mercado laboral en la era COVID
¿Qué esta pasando con el mercado laboral en la era COVID de?
El mundo ha vivido grandes cambios en el mercado laboral despues de la caída del Muro de Berlin en el que las reglas de la globalización mandaban sobre la oferta y la demanda laboral. Sin embargo, a partir de la Gran Recesion se esta viendo un proceso de ¨des-globalizacion¨que se ha puesto de manifiesto con el paron económico que se ha vivido en el 2020 y que ha transformad el mercado laboral en la era COVID
Desde que se inauguro el siglo XXI, el marcado laboral se ha enfrentado a muchos cambios que se han acentuado en el 2020 con la necesidad del trabajo remoto y el cierre de muchas empresas. Esta situación ha hecho que en 24 horas existiera otra manera de entender la oferta y la demanda laboral de los países desarrollados.
La oferta ha descubierto que existe otra realidad laboral, otra manera de trabajar, en donde los principios laborales de los años 80 y 90, caracterizados por legendarias películas como ´Wall Street,¨ ya no les atrae. La oferta laboral ahora se define por buscar una flexibilidad laboral en donde el salario no lo es todo pero si importan las relaciones sociales-laborales y los principios de las empresas para las que trabajan. Por otro lado, la demanda laboral – en lo que muchos llaman la cuarta revolución tecnológica – se encuentra con problemas de productividad sobre todo por una falta de capacitación que ha puesto en revisión la gran mayoría de los programas académicos universitarios.
Además, esta desconexión empeora si entendemos que el trabajo remoto es una posibilidad para aquellos trabajos de ¨cuello blanco¨ que no han sufrido, por tanto, un aumento tan significativo en su tasa de desempleo. Sin embargo, los trabajadores de ¨cuello azul¨ realizan actividades que no pueden ser realizadas en remoto por lo que las tasas de desempleo han sido muy elevadas por lo que se esta acentuando la brecha salarial entre ambos.
Y en este punto se abren dos preguntas de debate importantes: ¿van a ser los trabajos de cuello azul substituidos por las tecnologías? Y si este fuera el caso, ¿Cuál es el futuro de estos trabajadores?
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